Esto se debe fundamentalmente porque se lleva a cabo una mentalidad de “voy a hacer una dieta durante un tiempo, voy a perder tantos kilos y luego podré comer lo que me apetezca o por lo menos no tendré que controlar tanto lo que como”. Por supuesto, como es lógico si llevamos a cabo este pensamiento, nos tendremos que enfrentar posteriormente al conocido como efecto rebote (ganar el peso perdido o más kilos, tras realizar un régimen de pérdida de peso). 

Además, a esta mentalidad se suma las prisas que nos entran cuando por ejemplo nos invitan a una boda o tenemos una cena con antiguos compañeros, y entonces queremos perder en unas semanas/meses todos esos kilos que hemos estado aumentando poco a poco a lo largo de los años. Entonces en ese momento recurrimos a buscar una dieta que nos asegure perder muchos kilos en muy poco periodo de tiempo, son las comúnmente conocidas como “Dietas milagro”

Es un régimen alimentario que se caracteriza por tener un aporte calórico muy bajo y ser exageradamente restrictivas. La falsa buena noticia es que vemos en muy poco espacio de tiempo, una gran pérdida de peso, y esto nos lleva a pensar que son milagrosas y maravillosas. Sin embargo, esta pérdida de peso tan rápida será consecuencia de la disminución de agua intracelular y de masa muscular.

Además, este tipo de dietas además de no cubrir con los requerimientos nutricionales que necesitamos para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, favorecerán la aparición de ciertos mecanismos de respuesta por parte de nuestro organismo frente al gran déficit calórico. Tales como: 

• Disminución del metabolismo basal
• Disminución de masa muscular
• Activación de genes lipogénicos (favorecen la formación de grasa) y reducción de genes que facilitan la pérdida de grasa
• Inhibición del ciclo menstrual 
• ...y un largo etcétera de alteraciones hormonales que se resumen en una situación de ahorro energético. 

Como consecuencia, nuestro organismo almacenará con mayor facilidad todo lo que pueda, esto se debe porque no entiende de dietas, solo entiende de necesidades energéticas y nutricionales para el mantenimiento de las funciones vitales. 

Por tanto, si queremos perder peso de manera saludable, lo primero que debemos comprender es que nos llevará un tiempo y principalmente tenemos que enfocarlo hacia la educación nutricional y la adquisión de hábitos nutricionales saludables, que puedan perdurar el resto de nuestra vida, no solo por un motivo estético sino también por salud. 

Recuerda: una alimentación saludable se relaciona con la prevención de numerosas enfermedades crónicas.